Diputado Nacional de la
CTA por Unidad Popular (UP) se presentó en uno de los pabellones de Ciudad
Universitaria de la Universidad de Buenos Aires para declarar, una vez más,
principios en torno a la matriz energética nacional, principalmente la realidad
hidrocarburífera.
La convocatoria atrajo a jóvenes -y no tanto- estudiantes y
docentes que, muchos de ellos, aportan, o lo harán en un futuro, a disciplinas
estrechamente familiarizadas con las problemáticas de energía, ejemplo
Arquitectura.
El candidato a Senador por Camino Popular, dedicó parte de
su exposición a las medidas del Gobierno nacional para estatizar la empresa
petrolera Yacimiento Petrolíferos Fiscales (YPF) y al inconveniente acuerdo con
Chevron para explotar la cuenca Vaca Muerta en la provincia de Neuquén.
Aquí se presenta una desgrabación completa del testimonio de
CLaudio Lozano.
“Nosotros fuimos de los que acompañamos la estatización
parcial de de YPF, aunque probablemente la hubiésemos realizado de otro modo.
Lo hicimos conscientes de que la reincorporación del 51% de las acciones no
significaba necesariamente que estuviésemos dando un vuelco en el enfoque
global de la política energética Argentina. Eso aparecía como un interrogante,
básicamente por la historia previa que habíamos tenido con el gobierno que
estaba llevando a cabo la medida. Los pasos siguientes, desde nuestro punto de
vista, marcan que, efectivamente, no hubo un cambio estructural en este
sentido. Sin embargo, quiero dejar en claro que para nosotros, de todas formas,
valía la pena acompañar este proceso. Por lo tanto, y a pesar de discrepar con
las medidas que está tomando actualmente el gobierno, es importante que el
Estado argentino tenga parte del paquete accionario de la mayor empresa
petrolera nacional.
“¿Cómo se llega a la decisión de la estatización parcial? En
principio, una historia reciente de depredación de los recursos
hidrocarburíferos en Argentina que va acompañada de actividades de alto impacto
ambiental que han estado fuera de control. El proceso se complejizó en el
momento de la compra de YPF por parte de la empresa española Repsol. A partir
de ese entonces, buena parte de las utilidades de nuestra empresa petrolera
comenzaron a migrar al exterior. Entre 1999 a 2003, la salida de capitales
estuvieron en el orden del 66%, con un aumento que alcanzó al 83% y, finalmente,
mediante el acuerdo con Skenazi, las utilidades que giraban fuera del
territorio superaban el total que la empresa generaba. A eso es lo que yo llamo
proceso de vaciamiento y depredación.
“Lo que aún es elemento de debate son las ventajas que
representan disponer de un recurso de esta naturaleza, ventajas que se
evidencian entre la diferencia de los costos de producción local y el precio
internacional vigente. Esta es la clave de la discusión política: quién o
quiénes se apropian de esa renta y de qué manera se utiliza para poder sostener
y modificar la matriz energética de nuestro país.
“El contexto previo a la estatización parcial de YPF fue la
depredación ambiental del recurso hidrocarburífero y la dilapidación de la
renta de dicha explotación. Las consecuencias se materializaron como
estancamiento del sector, es decir, un déficit en la relación de producción,
consumo y generación de reservas. En 6 meses de este año incrementamos el nivel
de importaciones en materia energética; pasando de 9 mil millones a 12 mil
millones de dólares.
“Con el planteamiento de estatización parcial comenzaron a
aparecer hipótesis de si resolvería estas problemáticas que ya eran planteadas.
Con el acuerdo con Chevron, las incertidumbres crecieron. “El primer
interrogante surgió cuando YPF decidió recomponer las rentas de las petroleras
privadas a partir de la actualización de los precios; en lugar de discutir cómo
avanzar en una auditoría general de las reservas hidrocarburíferas y de las
concesiones en nuestro país. EL segundo, y más allá de las intercambios
técnicos y científicos sobre el real impacto ambiental generado por los
mecanismos extractivos de Chevron, lo cierto es que pasa por alto el conjunto
de normas ya vigentes que, incluso, son laxas. Además, las condiciones en las
que se estableció el acuerdo, no permiten que se estructuren las dinámicas de
control necesarias.
“Hay una suerte de retorno a entender los incentivos para la
participación del capital privado, asociandolos a los tipos de incentivos
presentes en los decretos desreguladores de la década del ’90; en donde lo que
aparece es una libre disponibilidad del crudo y de las divisas, la reducción de
los aranceles de importación para equipamiento y maquinaria y el manejo del
100% de las divisas de exportación, entre otros conceptos.
“¿Hay efectivamente en Vaca Muerta el volumen de reservas
probadas que fundamenten la operatoria extractiva de la cual se está hablando?
Por otro lado, en términos de asociación regional, podríamos discutir si
tendríamos o no mejores socios. Recordemos que Chevron es una empresa que tiene
su historia a nivel local y nacional.
“A pesar del discurso del autoabastecimiento, el acuerdo
vuelve a poner el tema del sesgo exportador como una clave en la política
hidrocarburífera”.
Desarrollo
“Un pozo petrolero convencional utiliza aproximadamente 75 mil litros de agua dulce; mientras que uno no convencional puede demandar entre 30 y 40 millones de litros de agua. El 2% de esa agua inyectada son productos químicos; algunos de ellos, altamente contaminantes, otros, desconocidos por secreto industrial. El 50% del agua con químicos inyectados regresa a la superficie durante la producción, afectando las napas de agua. Ya se vieron precedentes de esto en muchas regiones del mundo. EL 25% de estos químicos son cancerígenos y mutagénicos, el 40% afecta el funcionamiento de órganos internos y el 75% afecta el funcionamiento de órganos sensitivos. Como consecuencia, en Francia se prohibió la técnica del Fracking, al igual que en el Reino Unido, Alemania, Canadá, Suiza, Sudáfrica y varios estados de los Estados Unidos.
“Un pozo petrolero convencional utiliza aproximadamente 75 mil litros de agua dulce; mientras que uno no convencional puede demandar entre 30 y 40 millones de litros de agua. El 2% de esa agua inyectada son productos químicos; algunos de ellos, altamente contaminantes, otros, desconocidos por secreto industrial. El 50% del agua con químicos inyectados regresa a la superficie durante la producción, afectando las napas de agua. Ya se vieron precedentes de esto en muchas regiones del mundo. EL 25% de estos químicos son cancerígenos y mutagénicos, el 40% afecta el funcionamiento de órganos internos y el 75% afecta el funcionamiento de órganos sensitivos. Como consecuencia, en Francia se prohibió la técnica del Fracking, al igual que en el Reino Unido, Alemania, Canadá, Suiza, Sudáfrica y varios estados de los Estados Unidos.
“El tipo de explotación planteado en Vaca muerta, propone un
mínimo de 3,7 pozos por km2 y un máximo de 7 pozos y medio por km2. Estamos
hablando de una explotación de tipo fraking intensivo que supera la densidad
promedio establecida, por ejemplo, en normativas norteamericanas que maneja un
promedio de 2,6 pozos por km2, e incluso supera la densidad máxima permitida
para los pozos de relleno que es de 6 por km2. Uno de los peligros de la explotación
tal cual está planteada es la vecindad con el río Neuquén y el manejo de aguas
residuales en relación a este afluente y las consecuencias catastróficas que
puede aparejar su deterioro.
“En Argentina, por el momento, no existe normativa que
regule esta actividad. A esto se le agrega que, según la reglamentación
neuquina, tendría que haberse hecho un estudio y un informe de impacto
ambiental, que nunca existió. A su vez, no se permitió que la comisión de medio
ambiente de la legislatura de la provincia de Neuquén pudiera debatir el
acuerdo y lo que se estableció como marco de control es la regulación desde el
gobierno provincial y la propia empresa YPF (ya que en el acuerdo,
prácticamente no se habla de Chevron).
“Para tener un real acercamiento al impacto ambiental que
este proyecto tendrá es necesario un informe con basamento científico, discutir
con la comunidad y cumplir con la reglamentación elemental. No es posible que
la empresa extractora sea, a la vez, la controladora del proceso.
“De acuerdo a la información disponible, debajo de Vaca
Muerta hay otra formación llamada Los Moles, donde también habría hidrocarburos
no convencionales. En torno a esta nueva formación, que aparentemente no ha
sido concesionada, prácticamente no se habla, ni se la computa a la hora de
tomar en cuenta la perspectiva de rendimiento. Dado lo que establece el acuerdo
y la conexidad que puede existir entre una cuenca y otra, podría darse el caso
de que se considere directamente que la explotación de Vaca Muerta incluye la
de Los Moyes. Por lo tanto, no estaríamos discutiendo el usufructo de una
cuenca, sino de dos, que podrían tener similares rendimientos.
“La Tasa Interna de Retorno (TIR), que es en dolares y
sumamente significativa, lo que genera, es, en realidad, que, si bien se dice
que el proyecto demanda 16 mil 500 millones de dólares de inversión, en la
práctica una buena parte de este número lo produciría el propio emprendimiento;
es decir, que con una inversión de apenas 3 mil 966 millones de dólares, puede
iniciarse un proyecto cuya rentabilidad permite financiar el resto de la
inversión. En este sentido, lo único que estaría poniendo Chevron son 2 mil 200
millones de dólares. En este contexto, el margen de rentabilidad sería cercano
al 800%; en resultados netos: 17 mil 232 millones de dólares.
“Claro que si se incluye la explotación de Los Moyes estas
cifras serían muy superiores. ¿Por qué suponemos que esta segunda cuenca será
penetrada? Porque se presentaron proyectados 585 pozos de carácter horizontal,
que son los utilizados en este tipo de explotación y 1188 pozos de carácter
vertical, que podrían ser dirigidos a explotar ambas cuencas.
“Esto viene acompañado de un planteo de nivelación de los
precios internos con los del mercado internacional. En este sentido, a pesar de
que Argentina quiera aporvechar la ventaja de una producción de costos por
debajo de los valores internacionales, si luego los precios se equiparan,
estaríamos funcionando como importadores de hidrocarburos.
“Respecto a la sección que establece que a partir del quinto
año, la empresa podrá contar con con el 20% de la producción para ubicarla en
el mercado internacional o, en caso de no conseguirlo, de venderla en el
mercado local a precio exterior, habría que tener en cuenta que la puesta en
marcha del emprendimiento llevará aproximadamente ese periodo de tiempo. Es
decir, la empresa se apropiaría de ese 20% de producción prácticamente desde el
inicio de la explotación de Vaca Muerta; disponiendo del 100% de las divisas y
regulando precios a niveles internacionales. Esto viene de la mano de la
reducción de aranceles de importación de equipos y, lo que es más importante,
de una definición de carácter inconstitucional, que es la eliminación de las
retenciones a los hidrocarburos.
“El otro tema, es por qué elegir a Chevron. Esta es una
empresa que ya existe en Argentina y que si revisamos la concesión de la que
dispone, podemos ver que dentro de este proceso de caída de la producción
hidrocarburífera, Chevron está por debajo en un 15% respecto al resto de las
empresas; es decir, que tiene una pésima performance. Por lo cual, no resulta
muy entendible por qué se acuerda con una compañía que actualmente su concesión
no está funcionando.
“Por otro lado, Chevron tiene una foja de servicios bastante
complicada en sentido de regístro ambiental a nivel mundial. El último y más
complejo caso es el ocurrido en Ecuador, en el cual le cabe un juicio por 19
mil millones de dólares por haber puesto en crisis ambiental una parte del
amazonas.
“Nosotros consideramos que este es un proyecto inconveniente
porque no establece los requisitos medioambientales más elementales; porque
creemos que las condiciones del acuerdo le permiten a Chevron prácticamente
financiarse con los resultados que el propio emprendimiento genera y, por lo
tanto, el aporte de capital será sumamente bajo y la Tasa Interna de Retorno
muy grande; porque no queda claro si se esta entregando sólo Vaca Muerta o si,
a la vez, se entrega la otra cuenca, Los Moyes; porque se mete, otra vez, en
una lógica exportadora, cuando deberíamos estar privilegiando el
autoabastecimiento y por los antecedentes de Chevron.
“Por todas estas razones, nos parece que la estrategia
oficial no cambia cualitativamente la estrategia energética que venía teniendo
hasta el momento en que decidió avanzar en la estatización parcial de YPF.
“Desde nuestro punto de vista, deberíamos transitar otro
camino, el de la auditoría integral del conjunto de los yacimientos y reservas
que tiene la Argentina. Por otro lado, creemos que hay que avanzar en sentido
de la derogación y erradicación de los decretos desreguladores de los ’90 y
anular el decreto número 29, que es inconstitucional. No tiene sentido hablar
de autoabastecimiento y permitir que sigan saliendo recursos y divisas.
“Creemos, también, que hay que revisar las concesiones del
resto del capital privado para generar nuevos acuerdos y, si es necesario,
expropiar nuevas cuentas en nombre de la petrolera nacional. Creemos que es
mucho más conveniente evaluar acuerdos con la petrolera brasileña Petrobras
para explotar la cuenca marina que enfocarse en la producción de hidrocarburos
no convencionales.
“Hay dos elementos estratégicos necesarios de ubicar como
horizontes.
“El primero, que no podemos seguir operando sobre la base de
continuar dependiendo siempre de recursos hidrocarburíferos; es tiempo de
modificar la matriz energética nacional.
“El segundo tiene que ver con la orientación productiva. Por
detrás de las intenciones de proyectar al país como exportador de hidrocarburos
y commodities, se esconde la necesidad de obtener dólares para sostener una
industria desequilibrada con bajo aporte de progreso técnico y baja capacidad
de generar empleos.
“Ser capaces de pensar otro modelo de desarrollo con un
nivel extractivista menor y sobre la sabe de entender que los recursos
naturales son una fuente de renta para producir el cambio productivo, es el
camino que tiene que tomar la Argentina”.