En el nombre de Dios, el
Clemente, el Misericordioso
Los días que corren por el
mundo son muy significativos. Parece que los señores de la guerra no han aprendido
las dolorosas lecciones de la misma. Y el pueblo árabe-islámico lo sabe muy
bien. Desde Palestina, Afganistán, Iraq, Líbano, Libia hasta Siria ahora; la
guerra, ejecutada por potencias militares, señala la decadencia moral de un
Occidente sumergido en un materialismo crónico.
¿Quién cree hoy que esta
intervención unilateral contra Siria intenta ayudar a una población indefensa,
que ya sufre desde hace tiempo la violencia que llega financiada por países
extranjeros? ¿Cuál será la “linea roja” de estos criminales?
Cuando la brújula ética se
pierde ocultada por los intereses económicos y militares, la luz de las
religiones -que tantas veces han querido apagar- resplandece en un mundo cada
vez más oscuro.
La violencia de estos
últimos tiempos, con los avances tecnológicos, asoma un horizonte muy
peligroso. Y si hay dudas, miremos a nuestra Naturaleza como sufre nuestro afán
infinito de lucro.
Que sea el líder de la
Iglesia Católica, quien convoque a una jornada de reflexión, oración y ayuno
por la paz mientras otros se preparan para masacrar y asesinar; merece nuestra
inmensa emoción.
En momentos donde esta
“civilización se pasó de rosca”, el Papa, hoy argentino, es un “puente” que
invita al diálogo, a la reconciliación, a la armonía, según sus sabias palabras. Francisco,
haciendo honor a su nombre, nos permite creer que en nuestro mundo, y en
nuestros hombres, hay esperanza.
Parafraseando a Francisco,
que la “globalización de la indiferencia” no permita una guerra más, sabiendo
que la “cultura del encuentro” es el mejor remedio para los conflictos.
Como musulmanes, como
descendientes de árabes, pero principalmente como argentinos, agradecemos a
Dios, fuente de toda Misericordia, el mensaje de Francisco al mundo y a sus
dirigentes políticos, algunos otra vez divorciados de los deseos de sus
pueblos.
Quiera Dios que los
corazones de los que quieren llevar más muerte y destrucción a Siria reflexionen,
y escuchen el mensaje de Paz que cristianos y musulmanes, juntos, intentamos
día a día construir en nuestro bendito planeta.
*Presidente Unión Árabe de
Mar del Plata
Secretario General del
Centro Islámico Marplatense (C.I.M.)