lunes, 9 de septiembre de 2013

“Agradecimiento al Papa Francisco de un humilde musulmán argentino”‏

Por Kamel Gomez El Cheij*

En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
  
Los días que corren por el mundo son muy significativos. Parece que los señores de la guerra no han aprendido las dolorosas lecciones de la misma. Y el pueblo árabe-islámico lo sabe muy bien. Desde Palestina, Afganistán, Iraq, Líbano, Libia hasta Siria ahora; la guerra, ejecutada por potencias militares, señala la decadencia moral de un Occidente sumergido en un materialismo crónico.


¿Quién cree hoy que esta intervención unilateral contra Siria intenta ayudar a una población indefensa, que ya sufre desde hace tiempo la violencia que llega financiada por países extranjeros? ¿Cuál será la “linea roja” de estos criminales?

Cuando la brújula ética se pierde ocultada por los intereses económicos y militares, la luz de las religiones -que tantas veces han querido apagar- resplandece en un mundo cada vez más oscuro.

La violencia de estos últimos tiempos, con los avances tecnológicos, asoma un horizonte muy peligroso. Y si hay dudas, miremos a nuestra Naturaleza como sufre nuestro afán infinito de lucro.

Que sea el líder de la Iglesia Católica, quien convoque a una jornada de reflexión, oración y ayuno por la paz mientras otros se preparan para masacrar y asesinar; merece nuestra inmensa emoción.

En momentos donde esta “civilización se pasó de rosca”, el Papa, hoy argentino, es un “puente” que invita al diálogo, a la reconciliación, a la armonía,  según sus sabias palabras. Francisco, haciendo honor a su nombre, nos permite creer que en nuestro mundo, y en nuestros hombres, hay esperanza.

Parafraseando a Francisco, que la “globalización de la indiferencia” no permita una guerra más, sabiendo que la “cultura del encuentro” es el mejor remedio para los conflictos.  

Como musulmanes, como descendientes de árabes, pero principalmente como argentinos, agradecemos a Dios, fuente de toda Misericordia, el mensaje de Francisco al mundo y a sus dirigentes políticos, algunos otra vez divorciados de los deseos de sus pueblos.

Quiera Dios que los corazones de los que quieren llevar más muerte y destrucción a Siria reflexionen, y escuchen el mensaje de Paz que cristianos y musulmanes, juntos, intentamos día a día construir en nuestro bendito planeta.




*Presidente Unión Árabe de Mar del Plata

Secretario General del Centro Islámico Marplatense (C.I.M.)