Entrevista a José Rigane después de la movilización de la
CTA Nacional contra el acuerdo de YPF con Chevron y en repudio de la represión
en Neuquén. El Secretario General de FeTERA también habló del modelo energético
y el rumbo del gobierno nacional: “la actitud tozuda gubernamental no se
diferencia de otras que ha tenido en otros temas”, afirma. “Está claro que la
decisión del Gobierno es extraer energía a cualquier costo, inclusive si ese
costo tiene que ver con la vida de los propios argentinos”, también dijo.
Además, el Secretario Adjunto de la CTA habló sobre la importancia de la
energía en el mundo y su vinculación con la situación de Siria. Afirmó que en
Argentina estamos entregando “los hidrocarburos a las multinacionales”. Por
último, la consulta popular que impulsa la CTA: “nunca más acertada esta
definición política de la central”.
¿Qué balance se puede hacer de la movilización de la CTA
contra el acuerdo YPF-Chevron y las acciones que viene realizando hasta ahora
la central?
Yo creo que la central, junto con otros sectores sociales,
volvió a plantarse en la calle en búsqueda de representar a los sectores que
están defendiendo los intereses de la patria, defendiendo la soberanía. Y, al
mismo tiempo, son los mismo sectores que nos vemos más afectados por la
represión que están realizando tanto los gobiernos provinciales como el
gobierno nacional. Pero sobre todo, la movilización de ayer, junto con las
otras acciones que realizó la CTA a lo largo y ancho del país, sumó a poner un
freno al proceso de aumento de represión que se ha venido incrementando sobre
la protesta social desde el momento que se aprobara, por iniciativa del
gobierno, la Ley Antiterrorista.
Hoy podemos comprobar que la única manera que tiene el
gobierno de imponer su política es a través de la represión. La prueba más
efectiva es este acuerdo de YPF con Chevron, en donde 25 legisladores, sin
importar la opinión del pueblo que representan, sesionando con vayas, sin
importar la opinión de la movilización, ni la opinión del pueblo neuquino,
llevó adelante este acuerdo. Sin importar lo que genera desde el punto de vista
económico, social, desde el punto de vista de la entrega que significa, ni
tampoco desde la pérdida de soberanía. Tampoco lo que implica para la vida de
los ciudadanos. La CTA dio otra demostración de su compromiso con los que
luchan, con los sectores populares, con los sectores obreros y sobretodo de su
compromiso de estar en la calle.
Hay algunos hechos como la represión a los trabajadores
estatales en Quilmes, también en Jujuy y Neuquén. ¿Crees que hay un ascenso del
accionar represivo?
Si, y sumo Tierra del fuego. Pero si, es cierto eso. Hay
varios sucesos de represión. O sea, este modelo económico y social, este modelo
extractivista, depredador, que contamina, que pone en riesgo la vida, que
reprimariza la economía, no se sostiene si no es por represión. Y esto está quedando
cada vez más claro.
Por eso la CTA y la multisectorial tenemos una mirada
distinta a la que llevan a la práctica desde el Gobierno nacional, sabemos que
esto requiere del desarrollo organizativo y de una fuerte construcción de poder
propio. Pero hay que reconocer que así como crece la represión, también ha ido
creciendo el nivel de conciencia y de interpretación de la importancia de
defender valores estratégicos, como lo es la energía.
El acuerdo YPF-Chevron tuvo mucho rechazo en la sociedad,
desde amplios sectores populares, gremiales, ambientales, intelectuales, etc.,
que se expresó en distintas movilizaciones y acciones que hubo. Pero la
decisión del Gobierno parece ser que es avanzar, inclusive con cláusulas
secretas, sin importar el costo político.
La actitud gubernamental no se diferencia de otras que ha
tenido en otros temas, cuando tozudamente ha insistido en negar la opinión de
sectores populares y del movimiento obrero. Es la misma actitud que tuvo hasta
la semana pasada con el impuesto a las ganancias aplicado al salario de los
trabajadores. Es la misma actitud que tiene respecto de la Asignación Universal
por Hijo (AUH), que es discriminatoria y que sigue teniendo topes. Y es también
la misma actitud que tiene en no reconocer el 82% móvil para los jubilados.
Se actúa con una actitud tozuda, negando temas que llevan
años sin resolver y que imposibilita, por ejemplo, vivir con dignidad a los
jubilados y pensionados de nuestro país. Están claras las consecuencias del
acuerdo con Chevron, pero poco les importa. O las consecuencias ambientales de
la fractura hidráulica como en la utilización del agua, en la utilización de
productos químicos donde algunos ni se conocen por el secreto industrial, y
tampoco en los efectos sobre la salud de la población neuquina, como de los
pueblos originarios. Es decir, está claro que la decisión del Gobierno es
extraer energía a cualquier costo, inclusive si ese costo tiene que ver con la
vida de los propios argentinos.
Ahora parece que van a venir otras empresas a extraer en
Vaca Muerta.
Si, se habla de un acuerdo con Pemex (Petróleos de México) y
hay otras. Pero la mexicana es una industria petrolera que también se quiere
privatizar o, mejor dicho, se quiere dar el golpe final de privatización,
porque los mexicanos vienen en esa dirección. Argentina con la decisión de
crear varios “chevrones” en el ámbito de los hidrocarburos no convencionales lo
que está haciendo es ratificar su política de privatización, de la entrega de
soberanía y de la extranjerización.
Esa política fracasó porque es la misma política que nos
llevó a la crisis energética, es la que nos llevó a que perdiéramos el
autoabastecimiento, es la que posibilitó que se depreden nuestras reservas de
gas y petróleo y es la política que nos condujo a importar el 30% de la energía.
Teniendo un valor estratégico mundial, queda demostrado con lo que está
sucediendo en Medio Oriente y en Siria en particular, que lo que está de fondo
no es otra cosa que el petróleo y el gas de esa región. Siria es un lugar
neurálgico, una zona estratégica por donde pasa el gas del mundo.
Si uno analiza los hechos bélicos en Afganistán y en Irak, y
en Medio Oriente en general, siempre la razón con la que nos encontramos es la
misma; el petróleo y el gas. La energía tiene ese valor mundial y el Gobierno
argentino toma la decisión de llevar adelante un modelo que concesionó nuestros
recursos por más de 35 años, violando las leyes vigentes y la Constitución
Nacional y sometiéndose a los grupos multinacionales una vez más. En todo este
panorama nacional y mundial, para nosotros la energía no tiene un valor de
mercancía, es un bien social. Esta es una lucha que estamos dando.
Desde la CTA se está impulsando una consulta popular sobre
estos temas. ¿Por qué es importante que el pueblo participe?
La CTA tomó la decisión en su último congreso de este año de
impulsar una Consulta Popular para la Recuperación de la Soberanía, haciendo
eje en la defensa de los bienes comunes, en nuestros recursos naturales.
Después de los acontecimientos que han venido sucediendo con la megaminería,
con la soja, con los agrotóxicos, con el agua y ahora con la fractura
hidráulica (fracking), nunca más acertada esta definición política de la CTA.
Pero también es cierto que tiene su complejidad y es un gran desafío poder unir,
porque necesitamos unificar. Y para esto hay que establecer un objetivo común.
Todos aquellos que luchan día a día desde su ámbito, desde
su lugar, tenemos que poder hacer posible la unidad de los sectores sociales.
Es posible esa unidad. El desafío es primero poder lograr construir un sujeto
que se sienta conciente y participe. Segundo, superar esta democracia, que por
momentos es una “democradura”, y formar lo que como pueblo necesitamos, que es
una democracia participativa. En tercer lugar, avanzar fuertemente en la
recuperación de la soberanía para que los argentinos decidamos lo que
necesitamos, lo que estamos dispuestos a hacer por nuestros propios intereses y
recursos. Y, finalmente, abrir la puerta a una integración regional en función
no de los intereses del gobierno o de los empresarios, sino en función de las
necesidades y los intereses del conjunto de los trabajadores y el pueblo.