Brasil ha presenciado
esta semana movilizaciones que tuvieron lugar en 15 capitales y centenas de
ciudades. Estamos de acuerdo con sus declaraciones, que afirman la importancia
para la democracia brasileña de estas movilizaciones, conscientes de que los
cambios necesarios en el país pasarán por la movilización popular.
Más que un fenómeno
coyuntural, las recientes movilizaciones demuestran la reanudación
gradual de la capacidad de lucha popular. Es esa resistencia popular que
permitió los resultados electorales de 2002, 2006 y 2010. Nuestro pueblo
insatisfecho con las medidas neoliberales votó a favor de un proyecto diferente.
Para poder ser implementado, este proyecto, enfrentó gran resistencia,
principalmente del capital rentista y sectores neoliberales que siguen con
mucha fuerza en la sociedad.
Pero también se enfrentó a
los límites impuestos por los aliados de última hora, una burguesía interna que
en la disputa de las políticas del gobierno impide la realización de las
reformas estructurales, como es el caso de la reforma urbana y la del
transporte público.
La crisis internacional ha
bloqueado el crecimiento y con él la continuidad del proyecto que permitió ese
gran frente que hasta el momento, ha sostenido el gobierno.
Las recientes movilizaciones
son protagonizadas por una juventud muy diversa, que participa por
primera vez de movilizaciones. Este proceso educa a los participantes
permitiéndoles entender la necesidad de enfrentar a los que impiden que Brasil
avance en el proceso de democratización de la riqueza, del acceso a la salud, a
la educación, a la tierra, a la cultura, a la participación política, a
los medios de comunicación.
Sectores conservadores de la
sociedad tratan de disputar el significado de estas manifestaciones. Los medios
de comunicación tratan de caracterizar el movimiento como anti Dilma, contra la
corrupción de los políticos, contra el derroche del dinero público y otras
reivindicaciones que impongan el retorno del neoliberalismo. Creemos que
las reivindicaciones son muchas, como también lo son las opiniones y
visiones de mundo presentes en la sociedad. Se trata de un grito de indignación
de un pueblo históricamente excluido de la vida política nacional y
acostumbrado a ver la política como algo dañino para la sociedad.
A la luz de lo expuesto, nos
dirigimos a V. Ex.ª para expresar nuestra petición en defensa de
políticas que garanticen la reducción de los pasajes del transporte público con
reducción de las ganancias de las grandes empresas. Estamos en contra de la
política de exención de impuestos de estas empresas.
El momento es apropiado para
que el gobierno lleve adelante las peticiones democráticas y populares, y
estimular la participación y politización de la sociedad. Nos comprometemos a
promover todo tipo de debates en torno a estos temas y nos ponemos a
disposición para debatir también con el poder público.
Proponemos la realización
con urgencia de una reunión nacional, que involucre la participación de los
gobiernos de los Estados, los alcaldes de las principales capitales, y los
representantes de todos los movimientos sociales. Por nuestra parte estamos
abiertos al diálogo, y creemos que esta reunión es la única manera de encontrar
salidas para enfrentar la grave crisis urbana que afecta a nuestras grandes
ciudades.
El momento es favorable. Son
las mayores manifestaciones que la actual generación vivió y otras mayores
vendrán. Esperamos que el actual gobierno elija gobernar con el pueblo y no
contra él.
Traducción Beatriz Casado
Firmado por:
Movimentos da Via Campesina
Brasil
ADERE-MG
AP
Barão de Itararé
CIMI
CMP-MMC/SP
CMS
Coletivo Intervozes
CONEN
Consulta Popular
CTB
CUT
Fetraf
FNDC
FUP
Juventude Koinonia
Levante Popular da Juventude
MAB
MAM
MCP
MMM
MPA
MST
SENGE/PR
Sindipetro – SP
SINPAF
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UBM
UJS
UNE
UNEGRO