martes, 19 de marzo de 2013

"Igualito que acá"


Por José Rigane*
Chávez, el comandante, el presidente de Venezuela, el revolucionario, el líder de los pueblos, ya no está. Y con su muerte surge toda su grandeza, más allá de la vida.
Como ocurre más de una vez en la vida, cuesta valorar lo que está cerca, al alcance de la mano. En la cercanía, no somos capaces de establecer toda su importancia y valor. Con su ausencia nos damos cuenta de su importancia. Sólo cuando ya no está podemos tomar dimensión de lo enorme que fue.


Allá por 2005 tuve la suerte, el honor, la alegría y responsabilidad de ser parte del grupo de trabajadores internacionales que el presidente Hugo Chávez recibiera en el palacio Miraflores en el marco del Foro Internacional de la Energía. En aquella ocasión tuvimos la suerte de compartir un gran encuentro de 4 horas, donde se definió con una simpleza y profundidad impresionante; “no soy presidente, sólo cumplo funciones de presidente”.

Los trabajadores de la energía, y junto a ellos todas las organizaciones sociales y sindicales de Nuestramérica, así como también las personas interesadas en el tema energético, le debemos a Chávez sus aportes fundamentales. Siempre con su gran capacidad para mirar el costado político a las cosas y, por supuesto, de marcar la agenda en donde quiera que haya estado, en cualquier parte del mundo. Recuerdo que en aquella ocasión desarrolló, con su gran capacidad de oratoria, diversos aspectos que hacen a la energía. Remarcó que la energía es una cuestión política y es una disputa estratégica. También, me acuerdo que le dio gran importancia a la integración energética de la región, con una extraordinaria visión estratégica.

Un hombre que no sólo sabía de lo que decía sino que, además, fue uno de los más destacados ejecutores y difusores de ideas que parecían haberse esfumado en la historia. Rescató la lucha de los pueblos y la dignidad de América Latina volviendo a instalar temas que parecían haberse perdido.

En otra oportunidad, allá por 2004 en el Foro Social de Las Américas en Quito, Hugo Chávez aseguró que era “necesario organizar, pronto, lo más pronto que podamos, darle cuerpo y alma a una especie, yo no sé cuál será el mejor nombre, pero a una especie de Confederación Latinoamericana Caribeña de Trabajadores y Trabajadoras, que agrupe a millones y millones, a la clase obrera unida, organizada, luchando contra el ALCA, contra el imperialismo, contra el neoliberalismo”. Con total conciencia el comandante dio la patada inicial para realizar los Foros Latinoamericanos y Caribeños de Trabajadores/as de la Energía que realizamos en 2005 en Venezuela, en 2006 en México y en 2007 en Bolivia. La iniciativa permanente fue una de sus principales características.

Chávez sabía que la soberanía energética era prioridad absoluta a la hora de construir poder propio. Pero también entendía que sin la energía en manos del pueblo no había salida, porque mientras se siga dependiendo de las multinacionales, cuyo objetivo es y será la máxima ganancia, no hay salida posible. Es por eso que afirmaba; “cuando hablamos de energía estamos en medio de un tema central, un tema estratégico, una cuestión política, que está en medio de una crisis: la crisis energética”.

Advirtió que nuestros países no pueden seguir con el modelo desarrollista del norte. Mucho menos con el modelo consumista que el propio imperio propone; “si no cambiamos esto, todo va a ser una hecatombe. Las consecuencias son gravísimas: limitaciones a la circulación de vehículos, despidos masivos, cierres de fábricas, deterioro del medio ambiente. El consumismo es una gran trampa en la que nosotros caímos y de la que tenemos que salir. Hay que insistir con el cambio de este modelo en la cabeza del pueblo”, remató.

En el MORENO, y en la FeTERA-CTA, creemos que las políticas aplicadas hoy en Argentina no conducen hacia la soberanía energética como visión estratégica, ni hará que la energía se convierta en un bien social, como marcaba el camino la Venezuela de Chávez. Aquí se mantiene una estructura de protección de los intereses de los grandes monopolios, siguen rigiendo normas que mantienen estructuras de precios y un sistema de concesiones por largos períodos, obsoleto ya en casi todo el mundo.

Como venimos denunciando, el ritmo y la orientación de las inversiones en temas energéticos no responden a las necesidades del país y de una política de integración regional, sino a los intereses y las estrategias globales de las grandes multinacionales para captar la mayor parte de la renta energética y disponer libremente de ella.

Por último, si tenemos en cuenta las políticas implementadas a nivel nacional y regional, donde prevalece la mirada estratégica y popular de la energía por sobre lo mercantil y consumista; si tenemos en cuenta el trato que le daba a las delegaciones de trabajadores nacionales y de todas las latitudes, sin distingos políticos, donde las reuniones ocupaban gran parte del día y no era una cuestión de protocolo; si tenemos en cuenta, además, que se hacía presente toda vez que podía en distintos eventos de las organizaciones populares y de los trabajadores porque impulsaba el poder popular del pueblo como base social de la revolución bolivariana, sin duda uno podría afirmar que, en el reino del revés, todo esto es “igualito que acá”.

  • Secretario Adjunto de la CTA; Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA-CTA)