CABA- En la tarde de ayer,
representantes de organizaciones sindicales y sociales, además de legisladores
y diputados nacionales hicieron una conferencia de prensa en la sede de la CTA (Lima 609) para poner en
marcha una serie de tareas conjuntas para que el Estado asuma la
responsabilidad de reparar el daño producido en el marco de la catástrofe
social generada por las inundaciones de la región metropolitana. Adolfo Pérez
Esquivel, premio Nobel de la Paz
leyó el documento conjunto que es un ejemplo de teoría y acción.
Ante una nutrida presencia
de medios nacionales, Pérez Esquivel comenzó la lectura del documento: “Las
personas y organizaciones abajo firmantes queremos hacer llegar nuestra palabra
de aliento y nuestro compromiso solidario en estas horas de dolor y de bronca
para nuestro pueblo. Las recientes inundaciones son acontecimientos de una
gravedad tal que han afectado a cientos de miles de familias,
imposibilitándolas de dominar la situación con sus propias fuerzas y recursos,
causándoles daños irreparables a la vida, y que comprometen sus posibilidades
de supervivencia”.
“Esto constituye una
catástrofe, y afirmamos que toda catástrofe es social. Por ello, implica un
desafío que no podemos ignorar, mucho menos al comprobar la extraordinaria
reacción solidaria de nuestro pueblo”.
“Intentando afrontar ese
desafío desde el primer momento, con nuestras propias capacidades y recursos,
hemos podido constatar la ausencia del Estado en todos sus niveles, su
inadecuada capacidad de respuesta, y el abandono de sus obligaciones
esenciales. La reacción masiva y solidaria de los trabajadores, de sus
organizaciones, así como de una inmensa red de organizaciones populares de todo
tipo, es el único dato alentador en este trance, y pone de manifiesto de un
modo dramático, la necesidad de que el estado en todos sus niveles asuma sus
responsabilidades”.
“La solidaridad popular
puede organizarse, como se demuestra día a día, pero jamás podrá reemplazar al
estado. La indefensión social de los miles de afectados no puede esperar.
Necesidades elementales e impostergables, como alimentos, agua potable y
refugio, debe ser provista por el estado, y debe hacerse de un modo inmediato.
Y las soluciones de fondo, que requieren la articulación de toda la sociedad,
también deben ser conducidas por el estado. Solidarizarse es comprometerse con
los derechos de las víctimas”.
“Estamos hablando de
derechos humanos. Nuestro primer compromiso es con los derechos humanos,
individuales y colectivos, de las víctimas. Pero si de derechos se trata, lo
primero que debe quedar claro es que a los ciudadanos nos corresponde
organizarnos y defender nuestros derechos, dentro del marco legal, pero es el
Estado el responsable de garantizar los derechos de todos los habitantes, sin
distinción”. “Desde esa convicción, queremos compartir algunas reflexiones
sobre las causas de lo ocurrido, e invitar a todos a pensar en las cosas que,
en conjunto, tenemos que hacer para que las futuras tormentas, que inexorablemente
vendrán, no se conviertan en nuevas catástrofes”.
El modelo no es inocente
“Un modelo de “desarrollo”
basado en la apropiación del territorio, expulsa a las poblaciones y las
desplaza hacia las concentraciones urbanas. Así, el esquema de agronegocios
extiende sin límites la superficie cultivada de soja, avanzando sobre las
comunidades, los campesinos y los pueblos originarios, destruyendo los bosques
naturales y degradando los suelos. Un modelo minero de grandes explotaciones
que destruye montañas enteras junto con su ecosistema, un modelo energético
extractivista que, además de agotar las reservas de hidrocarburos, ahora
también pretende experimentar con tecnologías altamente contaminantes de suelos
y napas (fracking), y un modelo industrial basado en sectores como el
automotriz, con sus vinculaciones con el consumo de combustibles y con el
desarrollo de carreteras para el transporte de personas y mercancías, terminó
alterando el régimen de lluvias del litoral bonaerense. A esto se refieren los
“expertos” cuando hablan de fenómenos que son inusuales (en relación con el
pasado) pero que “han venido para quedarse”.
“Un modelo de desarrollo
urbano “planificado” desde la especulación inmobiliaria, con escasa regulación
y control estatal, que prioriza la construcción en altura sobre los espacios
verdes, los barrios privados construidos sobre humedales, los mega-centros
comerciales, el asfalto urbano y el trazado de rutas, terminó saturando los
desagües, reduciendo las superficies de absorción del agua y, en definitiva,
aumentando la posibilidad de graves desastres ambientales con motivo de las
lluvias. Como botón de muestra de los efectos de este tipo de desarrollo
urbano, señalamos que semejantes cantidades de m3 de lluvia se precipitaron en
localidades como Bragado o Junín, y el impacto no fue el mismo que en
concentraciones urbanas como Buenos Aires o La Plata ”.
“Invitamos a toda la
sociedad a reflexionar sobre la necesidad de un cambio en los modelos económico
y de desarrollo urbano que han conducido a esta situación, no como un
contrapunto ideológico, sino como una necesidad vinculada con los desastres
naturales y sus consecuencias: la destrucción de la naturaleza ha traspasado
todos los límites tolerables y es necesario cambiar el rumbo. Se necesita otro
modelo económico, y otro modelo de desarrollo urbano, que sean compatibles con
los derechos de la naturaleza y de las presentes y futuras generaciones”.
“Las administraciones
Nacional, de la Provincia
de Buenos Aires, de la Ciudad
de Buenos Aires y de la
Municipalidad de La
Plata no han puesto límites a estos modelos. Por el
contrario, los han promovido dentro de sus respectivas atribuciones. Prueba de
ello son el dictado de normas como la reforma del código de planificación
urbana de la ciudad de La Plata ,
del año 2010, el paquete de leyes aprobadas por la legislatura porteña en
noviembre de 2012, con el apoyo mancomunado de los bloques legislativos que
apoyan al gobierno de la Ciudad
y al gobierno nacional, el hecho de que este último no aplique la Ley de Glaciares, el
desfinanciamiento de la Ley
de Bosques, el impulso dado a la megaminería, a hidrocarburos no
convencionales, y a la instalación de plantas productoras de semillas por la
multinacional Monsanto, entre otros muchos ejemplos”.
Falta de prevención
“La planificación y
ejecución de planes integrales de infraestructura hidráulica, aun cuando no
sean capaces de revertir las consecuencias de un modelo perverso, constituyen
la principal herramienta de prevención, y su responsabilidad indelegable es del
estado.
"Denunciamos la
falsedad de los argumentos en el sentido de que “todo lo que se hace es poco”,
cuando los presupuestos de las jurisdicciones afectadas demuestran que no se
están ejecutando todas las partidas previstas en este tipo de obra”.
“Es deber irrenunciable de
las administraciones planificar y regular la prevención de los efectos que ese
modelo inevitablemente produce. Las trágicas consecuencias de los últimos
eventos, con 53 muertos en la
Provincia de Buenos Aires y 6 en la Ciudad de Buenos Aires,
según datos conocidos hasta el viernes pasado, demuestran que ni el gobierno
nacional, ni el gobierno de la
Provincia de Buenos Aires, ni el de la Ciudad de Buenos Aires,
cuentan con planes de contingencia frente a fenómenos que son previsibles. No
hubo sistemas de alerta temprana, ni centros de evacuación, ni personal
entrenado y capacitado, ni difusión de información a la población sobre qué
hacer en estos casos. En el caso de la ciudad de La Plata , ya desde 2007 existen
informes elaborados por la UNLP
que advertían sobre este problema, puesto que no se habían ejecutado las obras
necesarias”.
“Todo ello ocurre, además,
en el contexto global del fenómeno del cambio climático, que lejos de exculpar
a las autoridades, acentúa sus responsabilidades atento a que estos hechos ya
no pueden considerarse imprevisibles”.
“Invitamos a todas las
fuerzas políticas y organizaciones populares a fomentar el más amplio debate
social en la materia, tendiente a obtener respuestas institucionales,
legislativas y ejecutivas, que apunten a resolver estas cuestiones”.
Sistemas de reparación
inadecuados, insuficientes o inexistentes “La Ciudad de Buenos Aires tiene una ley, la 1575,
que crea un fondo de emergencia para subsidios por inundaciones. La Nación no tiene legislación
en este sentido, y tampoco la tiene la Provincia de Buenos Aires. En este último caso,
promesas públicas efectuadas, en relación con subsidios a las personas, no
cuentan hasta el momento de redactar esta declaración con ninguna base
normativa”.
“Resultan inaceptables, en
este sentido, las líneas de crédito “blandas” que colocan a las víctimas como
sujetos de créditos bancarios, en condiciones comerciales, cuando no están en
condiciones de satisfacer sus necesidades más elementales”.
“El dictado de normas para
reparar adecuadamente las consecuencias de las inundaciones, resulta
indispensable, pero además, debe convertirse en una oportunidad para que se
legisle contemplando una problemática que, si bien involucra a las tres
jurisdicciones, y a los municipios afectados, debe abordarse de un modo
integral: los problemas del área metropolitana requieren abordajes y soluciones
a cargo de autoridades metropolitanas. Las diferencias de signo político de las
administraciones no pueden estar por encima de las necesidades de los
habitantes”.
“La única norma vigente, ya
mencionada, resulta insuficiente en cuanto al monto asignado, que debería
aumentarse sustancialmente. Además, la experiencia en su implementación muestra
notorios incumplimientos, habida cuenta que aún no se han pagado totalmente los
subsidios tramitados con motivo de los desastres de 2010” .
“Por otra parte, está basada
en la lógica del reclamo individual del damnificado y en el concepto de
subsidio, en lugar del de reparación integral. Entendemos que tratándose de una
catástrofe de las dimensiones del caso, la norma tendiente a reparar los daños
no puede basarse en la sumatoria de los reclamos individuales, sino en una
actividad organizada por el estado, de relevamiento censal de los hogares afectados,
de estimación financiera de daños, y de provisión gratuita de toda otra
asistencia médica, social, jurídica, psicológica y laboral necesaria. Con estas
definiciones, rechazamos la idea de que las cantidades asignadas a cada
solicitante puedan tener un techo fijado de antemano. Si el sistema se basa en
la reparación integral, no puede tener un límite con carácter previo a la
valoración de las pérdidas”.
“Asimismo, resulta
indispensable eximir del pago de impuestos a las familias y a las pequeñas y medianas
empresas afectadas, al menos por el corriente ejercicio”.
“Creemos que el esfuerzo en
la emergencia no puede depender de la inmensa vocación solidaria del pueblo
argentino, demostrada con creces en estos días. Al Estado le corresponde
coordinar el esfuerzo social, empezando por volcar al mismo una parte
importante de la administración, pero también exigir el apoyo de las grandes
firmas locales y trasnacionales que operan en el país, principales
beneficiarias del modelo responsable de esta situación, en todo cuanto de su
producción pueda aportar en la emergencia: logística, agua potable envasada,
alimentos no perecederos, vestido, calzado, etc”.
“En el caso particular del
estado nacional, que cuenta con recursos financieros propios superiores, y con
capacidad de endeudamiento con el Banco Central y con la ANSeS , que no son accesibles
para las restantes jurisdicciones, su responsabilidad en el aporte financiero
para la emergencia es primaria, y exige la creación urgente de un fondo que
resulte suficiente para la reparación integral de los daños sufridos por la
población”.
“Reclamamos a los poderes
ejecutivos instrumentar medidas en este sentido, y al parlamento nacional, a
las legislaturas de la Ciudad
de Buenos Aires y de la
Provincia de Buenos Aires, a que sesionen de forma inmediata
para dictar las normas que correspondan para facilitar el esfuerzo social que
se requiere”.
“No admitimos como argumento
para no avanzar la supuesta inexistencia de recursos presupuestarios, cuando se
sigue pagando religiosamente el capital y los intereses de una deuda que no ha
sido contraída por el pueblo argentino y jamás ha sido auditada en cuanto a su
legitimidad, a pesar de que el sentido común y sentencias judiciales, así lo
ordenan”.
“Convocamos a todas las
organizaciones de trabajadores, estudiantiles, de derechos humanos, partidos
políticos, intelectuales, a debatir abiertamente estas ideas, a proponer otras
que busquen los mismos objetivos, y a comprometernos todos juntos para que se
concreten”.
“Por todo lo expuesto, las
organizaciones firmantes, que estamos trabajando en la emergencia desde el
primer momento, nos convocamos, y convocamos a todos quienes quieran sumarse a
este esfuerzo, a funcionar en forma de asamblea permanente para la coordinación
y organización de la lucha por la restitución de los derechos humanos
vulnerados frente a esta emergencia, exigiendo que el Estado, en todos sus
niveles, se haga cargo de sus responsabilidades sin mas excusas ni dilaciones”.
“Proponemos, para ello,
desplegar actividades en tres planos:
a) Poner a disposición de
los hogares afectados por esta catástrofe la implantación territorial de
nuestras organizaciones, para asistirlos en la articulación de todas las
iniciativas, reclamos, presentaciones individuales o colectivas, denuncias,
manifestaciones, medidas de lucha, y toda otra forma de exteriorización pública
y organizada de la demanda a las autoridades de cada jurisdicción.
b) Poner a disposición de
este objetivo toda la inserción institucional de nuestras organizaciones, en
particular las representaciones en ámbitos legislativos nacionales,
provinciales, de la Ciudad
de Buenos Aires y municipales, para trabajar coordinadamente, exigir el
funcionamiento a pleno de esos ámbitos y el tratamiento urgente de las
iniciativas tendientes a dar solución a esta emergencia y a abordar los temas
de fondo.
c) Seguir poniendo todos
nuestros esfuerzos en las acciones de solidaridad popular, incrementando los
niveles de coordinación entre todas nuestras organizaciones, en áreas tales
como donación y reparto de bienes, asistencia jurídica, asistencia psicológica,
etc., para lo cual ponemos a disposición de todos un listado de puntos de concentración
de las diferentes tareas, en diferentes puntos geográficos”.