Euskal Herria
- CONGRESO FUNDACIONAL DE SORTU
Fuente Gara.
El nuevo partido despega con
una apuesta nítida por las alianzas para lograr los objetivos de la izquierda
abertzale. Otegi advierte que es imprescindible una «revolución en la
mentalidad» para desplegar hasta el final el cambio de estrategia.
Fue un día intenso y extenso
para poner fin a toda una década de ilegalización. Sortu despegó en Iruñea con
un Congreso que enseguida dejó claro que no iba a ser un mero trámite. Se
aprobaron las ponencias, las resoluciones y la nueva dirección, pero hubo mucho
más. Quienes llegaron a la capital navarra aún con las legañas puestas y
entumecidos por la helada de la mañana no tardaron en desperezarse. Nada más
arrancar la cita, Maider Etxebarria, una de las promotoras de Sortu, anunció un
mensaje de Arnaldo Otegi desde prisión. Un texto de tres folios [íntegro en la
página 8] que alerta contra autocomplacencias e inercias y, en consecuencia,
crítico y profundo.
Otegi -propuesto por las
bases para la
Secretaría General que por ello se deja vacante- marcó varias
ideas que luego se desarrollaron tanto en la resolución aprobada como en el
discurso de Hasier Arraiz. El líder preso en Logroño vino a decir que Sortu no
es final de nada, sino palanca de todo. «Un nuevo instrumento de lucha» que
«surge como fruto de una nueva relación de fuerzas y la utilización revolucionaria
de la legalidad burguesa», y que a partir de ahora debe convencer para vencer.
«La izquierda abertzale surgió para resistir, pero también para crear las
condiciones para ganar la libertad, y vamos a ganar», afirma el texto que leyó
Karmele Aierbe.
Para ello, Otegi insiste en
pedir a sus compañeros «una revolución en nuestra mentalidad», recordando que
el giro estratégico dado por la izquierda abertzale no consiste solo en la
desaparición de la lucha armada. «¿Somos conscientes de que aquí y ahora nuestra
inmensa tarea histórica es construir la gran mayoría popular que declarará el
Estado Vasco y construirá un modelo social alternativo?», se preguntó Otegi. Y
añadió que para ello «necesitamos menos autocomplacencia y más autocrítica y
autoorganización, menos consignas y más argumentos».
Un bloque y acuerdos
tácticos
El mensaje de Arnaldo Otegi
también alienta las alianzas y el diálogo. Afirmaciones que conectan con la
resolución aprobada por este Congreso fundacional, sin un solo voto en contra
por parte de los cerca de 400 representantes locales reunidos. La apuesta es
grande: «Formar un Bloque Nacional Popular en favor de la independencia con
sectores y agentes de diverso tipo. Es de máxima prioridad para Sortu ampliar y
fortalecer las alianzas y acuerdos adoptados por las fuerzas políticas
abertzales, soberanistas y de la izquierdas en los últimos años, sin dejar de
lado otros acuerdos tácticos que se puedan intentar en torno al derecho a
decidir».
La resolución establece que
Sortu basará «la alianza política, ingrediente esencial en su actuación», en
«la comunicación, la confianza y el respeto mutuo. La clave del éxito de toda
la estrategia está en la acumulación de fuerzas y en la colaboración con otros
agentes, ya que debemos crear una correlación de fuerzas adecuada para que el
cambio político y social puedan materializarse y para que nuestro proyecto sea
factible». Todo ello lo definen con un término que también refleja bien esta
ambición de partida: «Revolución». Tanto en lo nacional como en lo social,
matizan.
Tras las resoluciones
llegaron los nombres. El más relevante, el de Hasier Arraiz, primer presidente
de Sortu. Cerró el acto matinal con un discurso en el que abundó en los
criterios anteriores y subrayó la diferencia que separa al nuevo partido de
otras opciones nacionalistas: el objetivo de la independencia. Utilizó para
ello la metáfora de que en las últimas tres décadas a la ciudadanía vasca se le
han construido dos piscinas -la de Iruñea y la de Gasteiz- que se han ido
adornando con toboganes, trampolines... «pero para que este pueblo sea dueño de
su destino necesita poder navegar sin límite alguno. Necesitamos un mar de
soberanía para Euskal Herria, y mientras tanto estar dando vueltas sin parar a
la piscina del marco autonómico agotado no tiene ningún sentido, es perder el
tiempo».
Acompañado en el estrado por
el resto de la primera dirección de Sortu, Arraiz se extendió sobre la
necesidad de «un cambio radical» frente a «este sistema criminal. La
socialdemocracia ha fracasado, no hay forma de humanizar este capitalismo
salvaje». Para el presidente del nuevo partido, «no es hora de enseñar los
dientes al capitalismo, sino de morderle porque, si no, será el capitalismo
quien nos devore».
Forman el Consejo Nacional
22 personas elegidas por las bases, tras un intenso contraste en el que han
aparecido centenares y centenares de nombres que fueron votados finalmente el
pasado sábado. Predominan rostros muy conocidos de la izquierda abertzale de
las últimas épocas, como se observa en el cuadro adjunto, con un reparto de
áreas muy definido. Joseba Álvarez se encargó de hacer balance de todo el
proceso de conformación de Sortu desde que pasara el filtro legal español en
junio del pasado año.
Este primer Congreso fue
guiado por Maider Etxebarria e Iñaki Zabaleta, dos de las personas que hace ya
dos años acudieron al registro del Ministerio de Interior español para
inscribir la nueva formación y, entre otras cosas, se vieron sometidas a un
inquisitorial bombardeo mediático en Madrid. Todo eso ya es historia, y Sortu
mira hacia el futuro. Pasaron el testigo con satisfacción.
Saludos internacionales y
EPPK
Sortu no nace de la nada
porque la izquierda abertzale tiene mucho pasado. Y tampoco nace solo.
Sorprendió el número y la distribución geográfica de las formaciones políticas
que quisieron respaldarle con su presencia o enviar apoyos, desde Catalunya
hasta Australia, Filipinas o Argentina.
En representación de todos
ellos, saludaron a los participantes en el Congreso, cuatro personas. La más
conocida, David Fernández (CUP), que intervino casi exclusivamente en euskara
-y sin perpetrar la «tropelía lingüística» por la que pidió disculpas de
antemano-. Jugó con los términos Sortu y suerte («sort» en catalán), y comentó
que, tras la era de la dictadura y la de la actual «democracia formal», la
siguiente etapa será la de la libertad. Interesante fue también la exposición
de Iscra Soto, representante del Foro San Paulo creado por Fidel Castro y Lula,
ya que destacó la pujanza de las fuerzas de izquierda surgidas tras conflictos
armados en América Latina y su capacidad transformadora.
El conflicto aún irresuelto,
obviamente, planeó durante todo el Congreso. Y sobre todo en el saludo de
Kandido Zubikarai en representación de Euskal Preso Politikoen Kolektiboa. EPPK
recordó que siempre ha caminado junto al resto de la izquierda abertzale «y así
lo seguirá haciendo». Su mensaje plasmó la actualización de su posición
política y el fortalecimiento de su estructura durante el pasado año, y puso el
acento en que el momento actual requiere «imaginación, valentía y
determinación» porque «está en juego la viabilidad del proceso»