miércoles, 18 de febrero de 2015

"La industria de la AMIA"‏

Por Kamel Gómez
  
La fuerza del lobby judío en la Argentina sale a la calle. La misteriosa muerte del fiscal Nisman, aliado incondicional del estado terrorista de Israel y allegado como pocos a la embajada de EE.UU. en nuestro país, ha permitido a los que quieren “relaciones carnales” con los republicanos y sionistas, poner su agenda a la orden del día.


Hagamos un poco de historia. El triste atentado a la AMIA nunca tuvo una investigación coherente y seria. Nada se conoce de los autores materiales. Se sabe que la CIA y el Mossad dirigieron la causa para sus intereses geopolíticos. Irán debía ser parte del “eje del mal”, y los supuestos autores intelectuales del atentado -sin ningún tipo de pruebas- tenían que ser los iraníes.

Así lo pidió EE.UU. e Israel; así Beraja y los dirigentes de la AMIA-DAIA hicieron todo lo posible para lograrlo. Algunos estafaron en bancos, otros hicieron el trabajo sucio en el gobierno y en la investigación.

El Juez Galeano con Nisman a su lado, siempre coordinando con Israel y EE.UU., hicieron con la AMIA cualquier barbaridad: la verdad fue enterrada junto a las victimas.

La mejor demostración del lobby norteamericano fue el pedido de disculpas del fiscal Nisman a EE.UU. cuando pidió la captura de Menem. Washington le recomendó al fiscal argentino “que se enfoque en los perpetradores del ataque y no en el posible desmanejo de la primera investigación. Semejante acción sólo confundiría a los familiares de las víctimas y distraería la atención de la caza de los verdaderos culpables”...

En fin, la Argentina menemista entregó la causa a los caprichos de EE.UU. e Israel, y la Amia se valorizó en el ámbito internacional como una herramienta más de presión a la República Islámica.

La causa estaba estancada desde lo judicial, pero desde lo político servía y mucho al lobby judío israelí. Seguían chantajeando a toda nuestra sociedad año a año, influyendo en nuestra política exterior para llevar a nuestro país al patio trasero sionista.

Si en el mundo, con Obama, Irán podía participar de la globalización y negociar su plan nuclear, la Argentina entendió que era el momento de recuperar soberanía y volver a fojas cero: CFK en acuerdo con el país persa -y con la aprobación del congreso argentino- firma el acuerdo histórico denominado ”Memorándum de Entendimiento“.

La Argentina se acercaba más a la posición internacional del Mercosur y la Unasur, con Brasil a la cabeza.Ya habían pasado los días de la Argentina ”extra-OTAN“, y los países de la región mantienen serias relaciones diplomáticas y comerciales con los revolucionarios shiítas. Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia desde lo político, y Brasil desde lo comercial, señalan la agenda de la región con Irán.

Hoy nuestra presidente ha sido -injustamente- imputada por una impresentable ”denuncia“. Otra vez, un ”carpetazo“ que le cobra su posicionamiento geopolítico. El acuerdo con Irán, la disputa de los Fondos Buitres resuelta en la ONU, y el acercamiento a China; son muy caros para EE.UU. principalmente, como así también para su base en Medio Oriente, Israel.

Nisman no merecía morir, sí ir preso, de eso no tenemos ningún tipo de dudas. Sólo el conglomerado de intereses mediáticos, políticos, de los servicios de inteligencia y sectores judiciales han permitido la operación ”Nisman Mártir“. Todos quieren cobrarle alguna cuenta a CFK, pero no ven que lo que esta en juego es nuestra bandera nacional.

Sabemos que hay sectores políticos que representan muy bien los intereses del 18F. Tanto Macri como su partido Pro, con Alonso y Bullrich a la cabeza, señalan su agenda internacional. Macri es el hombre de Israel en la Argentina. También, de pasada, podemos mencionar a Carrió, con muy buenas relaciones con los republicanos del norte. O al pobre gobernador de Córdoba, que parece ya se ha hecho la circuncisión. Nos preguntamos si viene Netanyahu al 18F. O si van a desenterrar a Braden.

Hace un tiempo, la presidente en cadena nacional respondió a Israel sobre la posibilidad de un ”tercer atentado“. También, señaló que si algo le pudiera pasar, teníamos que mirar al ”norte“. Parece que antes Perón era nazi, y ahora Cristina, es shiíta y terrorista.


La posición nacional, por citar a Jauretche, late en el corazón del pueblo argentino: ni antisemitas, ni sionistas.