Por Claudio Lozano*
Algunos podrán preguntarse
cuál es la explicación de la movilización y el paro nacional del 27 y 28 de
Agosto, este trabajo aporta algunos elementos.
Desde junio del año pasado
se ha generado una destrucción sistemática de puestos de trabajo que asciende a
482.000 empleos menos de los cuales el 83% (404.000) se perdieron en lo que va
del 2014.
Asimismo, en el primer
semestre de este año se observa una reducción del empleo asalariado formal y se
han duplicado prácticamente la cantidad de suspendidos. Esta situación
acompañada del retraso salarial y de las jubilaciones frente a una inflación
del 40% anual, debiera llamar a la reflexión a los funcionarios obligándoles a
pensar antes de hablar.
La sola lectura de las
propias estadísticas producidas por los distintos organismos públicos
(INDEC-Ministerio de Trabajo) permitiría evitar pavadas tales como asociar
medidas de fuerza como el paro y la movilización con el vínculo de los
sindicatos con los fondos buitres o culpar a los trabajadores y sus reclamos
con los problemas de las empresas. La pérdida del empleo y el deterioro en los
ingresos explican el malestar de los trabajadores y el acatamiento masivo que
tendrá el paro nacional.
El año 2014 todavía no
finalizó y sin embargo, resulta hasta el momento ser un período en el que se
vienen acumulando una importante cantidad de sucesos poco afortunados. Ya en el
primer mes del año el Poder Ejecutivo arrancó con una fuerte devaluación del
tipo de cambio que derivó en una aceleración en el crecimiento de los precios
dejando tempranamente inocuos los efectos del programa Precios Cuidados.
La tasa de interés también
escaló incorporando una rémora adicional para la actividad económica que
ingresa en una etapa recesiva que venía teniendo lugar principalmente como
consecuencia de los considerables y crecientes niveles de inflación junto al
tope ejercido sobre el nivel de importaciones, en una matriz industrial
dependiente de insumos, maquinaria y tecnología importada, que buscaba darle un
alivio a la caída sostenida de las reservas del BCRA.
Lejos de ello, la presión
sobre el nivel de reservas se agravó por la desaceleración de las exportaciones
en el marco de una economía doméstica que encontró límites en el proceso de
inversión del sector privado y una economía internacional desfavorable junto
con las mayores necesidades de financiamiento del Sector Público para cumplir
con los compromisos crediticios externos.
Por otro lado, en el intento
de aliviar el rojo de las cuentas públicas se estableció un recorte en los
subsidios de los principales servicios públicos con el consiguiente ajuste
tarifario de gas, agua y transporte que acicateó aún más la escalada de precios
que ya ronda el 40% anual. En este marco, las paritarias salariales “libres”,
según el relato oficial, en la práctica encontraron un sólido techo que
propició en realidad la “libre caída” del poder adquisitivo cerrando mayormente
al conjunto de las negociaciones por debajo del 30%.
Los aumentos de las
principales prestaciones sociales (asignaciones familiares, jubilaciones y
pensiones, etc) también resultaron insuficientes y procedieron a agravar el
deterioro plasmado en bolsillo de los sectores populares, haciendo descender a
su vez, el consumo interno.
A la luz de estas razones,
brevemente mencionadas, los resultados que presentamos en el presente informe
no causan sorpresa aunque sí preocupación. Según fuentes oficiales como la
Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, el SIPA y la Encuesta de Indicadores
Laborales (EIL) al II trimestre 2014 resulta que:
*9 La tasa de actividad del
44,8% es la tasa de actividad más baja que se observa desde el año 2003
inclusive y la tasa de empleo del 41,4% a su vez es la más baja desde el año
2006.
* Durante los primeros seis
meses del año operó una caída del 3% de la tasa de empleo llevando a una
destrucción de 404 mil puestos de trabajo de los cuales una parte
significativa, 176 mil personas, pasaron a ser desocupados, aumentando la tasa
de desempleo del 6,4% al 7,5%, es decir un aumento del 17,2%.
* En los últimos cuatro
trimestres, es decir desde Junio del año pasado, se ha generado una destrucción
sistemática de puestos de trabajo, que acumulan los 482 mil empleos menos
siendo que el 83% de esa destrucción de puestos de trabajo se generó en lo que
va del 2014, período en el cual la cantidad de desocupados se incrementó
sostenidamente sumando poco más de 176 mil personas a la fila de desocupados.
* La caída de la tasa de
empleo general durante la primera mitad del año 2014 involucra también una retracción
en el nivel de la categoría formal del empleo asalariado. Según la EIL el
empleo formal– que cayó un 0,3% - se explica principalmente por la caída en el
comercio (-1,9%), la rama de electricidad, gas y agua (-1,6%) y la industria
(-1,4%).
Sin embargo, según la fuente
del SIPA hasta el I trimestre 2014, se verifica que el nivel de empleo formal
refleja un estancamiento con respecto al I trimestre del año 2013 como
consecuencia del accionar contracíclico del ámbito público, con la generación
de más de 41 mil empleos, frente al desmoronamiento del nivel de empleo del
sector privado que acumuló una destrucción de poco más de 20 mil puestos de
trabajo. Mientras el accionar contracíclico del sector público durante el año
2012 estuvo centrado en el ámbito provincial, durante este período, el
debilitamiento del mismo se vio reflejado en una mayor participación del
Gobierno Nacional.
Según la EIL la proporción
de suspensiones cada 1000 trabajadores ha crecido considerablemente durante el
primer semestre del año pasando del 3,6 en Diciembre de 2013 al 6,6 en Junio de
2014, ubicándose así en su nivel más alto desde la crisis de 2009. Si bien la
encuesta no refleja un incremento en la cantidad de despidos incausados en el
2014 con respecto al 2013, se observa que las bajas registradas por las
empresas en el último año se ha incrementado el peso de los despidos sin causa
en detrimento de otras modalidades.
En este marco la actividad
económica por lo tanto, si bien mostró una leve recuperación (2,9%) durante el
año 2013, los datos publicados para 2014 ya dan cuenta de una fase claramente
contractiva (-0,2%) centrada el sector agropecuario (-7,3%), el comercio
(-3,1%), la construcción (-2,1%) y la industria (-0,8%).
Pese a la muy buena, regular
o muy mala coyuntura internacional de fondo de los resultados de los
principales indicadores que describen la situación actual de la economía
argentina se hayan las razones estructurales: los límites del proceso de
inversión. La inversión representó en promedio sólo el 18,3% del PBI, teniendo
su pico máximo en el año 2007 (20,1%) para luego mostrar una tendencia hacia la
baja hasta llegar al año 2013 a representar apenas el 17%.
La composición de la misma
profundiza los límites siendo que alrededor del 60% de la misma ha sido
destinada a la construcción, dentro de la cual tiene una incidencia
significativa el peso de la construcción residencial. Por su parte, la
inversión destinada al equipo durable de producción apenas ha representado en
promedio un 7% del PBI, encontrándose en el 2013 en un nivel incluso inferior,
en torno al 6,7%. Asimismo, casi el 50% de la inversión en equipos durables
proviene de componentes importados.
En consecuencia resulta, por
lo menos, incomprensibles las declaraciones de los funcionarios oficialistas
que se han expresado al respecto, como el Secretario de Seguridad Sergio Berni,
que acusó inescrupulosamente a los trabajadores y a los reclamos sindicales de
disminuir la productividad de las empresas (por ejemplo en el caso de la
autopartista Lear), o del gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli, que frente
a los conflictos en Lear y Donnelley instó a los trabajadores que perdieron sus
empleos a la “reflexión” y la “racionalidad”, al advertir que "con sus
métodos terminan generando un perjuicio aún mayor que la causa por la que
reclaman".
Si bien es absurdo tener que
explicar lo obvio, hay que decir que las dificultades evidenciadas en la
generación de empleo y en la recomposición salarial, lejos de ser la
consecuencia de los conflictos gremiales, son la causa de los mismos y son, a
su vez, la cristalización de los límites evidenciados por el modelo productivo
vigente y agravados por el ajuste ortodoxo implementado por el gobierno.
*Diputado Nacional por Unidad Popular