Dado
que Chevron había declarado que carecía de recursos en Ecuador los demandantes
de este país trasladaron el juicio a la Argentina , donde la empresa sí tiene recursos. Sin
embargo, apelando a un tecnicismo leguleyo la Corte Suprema
consideró que Chevron Argentina era tan sólo una filial de la Chevron Corporation
y no la empresa demandada. El abogado de los intereses ecuatorianos en la Argentina se preguntó
"¿Cómo una empresa que es una sola cosa cuando a ingresos o beneficios se
refiere es otra a la hora de pagar?" Gambitos de este tipo proliferaron en
la Argentina
durante la crisis del 2001-2202, cuando grandes bancos transnacionales (por
ejemplo el Boston, renunciaron a devolver a sus clientes sus depósitos en
dólares aduciendo que la filial argentina ya no los tenía y que la casa matriz
no podía hacerse cargo de los resultados de las operaciones de su filial). De
todas maneras los reclamantes tienen también planteada otra demanda mediante la
cual se busca el reconocimiento internacional de la sentencia adoptada en
Ecuador, al paso que se han iniciado causas similares –con menores
probabilidades de éxito- en otros países, como Brasil y Canadá, en donde opera
y tiene recursos la petrolera norteamericana.
Sorprende,
¿o no?, que la procuradora general del gobierno argentino, Alejandra Gils
Carbó, perteneciente al grupo de Justicia Legítima –crítico de los sesgos
clasistas y reaccionarios de la judicatura de este país- hubiera recomendado a la Corte pronunciarse a favor de Chevron en este diferendo.
Lamentablemente, el desesperado interés por iniciar sin más dilaciones
-mediante un acuerdo entre YPF y Chevron- la explotación del yacimiento
petrolífero "shale" en Vaca Muerta parece haber calado muy
profundamente en el propio gobierno nacional y en ciertos estratos del
"progresismo argentino", convalidando con sus cálculos utilitaristas
la impunidad ante la depredación ambiental de la petrolera y, ¿tal vez?, haciendo lo propio ex ante con los desastres
ecológicos que seguramente se producirán
en la Argentina
en cuanto comiencen las labores en Vaca Muerta. Esto habla elocuentemente de
los extremos a los que puede llegar la extorsión, el chantaje y las amenazas de
los oligopolios a la hora de proteger sus espúreos intereses y asegurar la
impunidad por sus crímenes ambientales.
Y también de la labilidad de ciertas estentóreas proclamas latinoamericanistas oficiales, que en cuanto
se alejan del plano de la retórica se disuelven sin dejar rastros en la
formalidad de los estrados judiciales. Por eso la solidaridad con la lucha del
pueblo y el gobierno ecuatorianos por la construcción del “socialismo del buen
vivir”, del “sumak kawsay” de nuestros pueblos originarios es hoy más importante
que nunca. Solidaridad efectiva y
militante, digo, no solamente retórica.
Un
ejemplo del daño ambiental cometido en la Amazonía que no quiere reparar Chevron