martes, 7 de mayo de 2013

Siria, cabeza de playa de las potencias arrogantes.

Por A´li Rida Eric Peralta*


Una fragante violación de la soberanía e integridad territorial se cierne sobre Siria desde hace más de dos años, con el uso de armas químicas los grupos armados terroristas financiados por las potencias arrogantes intentan desde el país árabe generar una cabeza de playa que facilite al sionismo y al imperialismo particularmente yanqui su avance sobre las principales resistencias de oriente medio.

Organizados y orquestados en diversas acciones desde el extranjero, un gran número de mercenarios desatan la ola de violencia que desde marzo del 2011 se ha cobrado la vida de más de 70 mil personas, entre civiles y fuerzas de seguridad.

Si alguna duda existía sobre las verdaderas intenciones de Washington y Tel Aviv en este conflicto, en los 3 últimos días los legisladores de EE.UU. las despejaron sin ruborizarse, urgiendo a su presidente Barack Obama, a proporcionar servicios de inteligencia y de entrenamiento militar a los grupos armados en Siria a través de los estados árabes con el objetivo de apresurar el derrocamiento del Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.

Esto se producía mientras 
las bandas criminales que, desde 1948, se autodenominan "Estado de Israel" lanzaban este domingo una segunda ofensiva contra Siria, bombardeando varias instalaciones de su Ejército en Damasco, principalmente un centro de investigación científica en Jamraya, un suburbio de la capital siria, Maysaloon y un aeropuerto para aeroplano de vela en Dimas en Damasco (capital) y su campo, utilizando en sus objetivos munición con uranio empobrecido.

Claramente, el ataque de las bandas criminales israelíes, refleja la naturaleza de los objetivos que vinculan al sionismo con los grupos terroristas y los agentes extranjeros armados desde las principales potencias para actuar en Siria, en los crímenes cometidos se pueden ver las sucias manos de Estados Unidos y el régimen de Tel Aviv.

Por su parte, la llamada comunidad internacional, expresada en la Organización de Naciones Unidas (ONU), lejos de resolver la crisis en Siria sin ninguna intervención extranjera, opto por no condenar la ya inocultable injerencia norteamericana e israelí en el conflicto, como tampoco tomo medidas ante los ataques perpetrados por Israel ni mucho menos, ya que las medidas adoptadas contra Siria tienen su origen en la intención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para debilitar y derrocar al gobierno sirio de Bashar al-Asad y desde allí sostener el teatro de operaciones que se dirija abiertamente contra la Revolución Islámica de Irán y las principales organizaciones de la resistencia en oriente medio.

Estas acciones y omisiones se sostienen con una “invasión de combinación de fuerzas supuestamente opuestas”, ya que actúan conjuntamente por un lado los salafis, los wahabis y Al Qaeda , y en el otro las potencias occidentales.

Desde Libia, Turquía e Irak han introducido miles de mercenarios, y cada uno de ellos ha recibido apoyo militar, armas modernas para lanzarse contra el gobierno legítimo de Assad. Los medios occidentales han hablado en los últimos dos años de “fuerzas democráticas” y de la “lucha por las libertades” en Siria, encubriendo la intervención de mercenarios con armas y apoyo logístico de EEUU, Francia e Inglaterra.

En este conflicto debemos reconocer sin medias tintas el derecho del gobierno  de Bashar al-Asad a defenderse de estas agresiones. A pesar de eso tenemos sectores de la llamada izquierda y el progresismo que han caído en la trampa y se llaman a silencio o lisa y llanamente apoyan el derrocamiento.

Sin embargo la historia, la razón, los hechos y el derecho muestran el carácter fascista y reaccionario de Israel y EEUU y las potencias que los secundan, sabido es que ni el complejo militar-industrial estadounidense ni el fundamentalismo racista israelí están interesados en lo más mínimo en llegar a un acuerdo de paz en Siria, ya que en la lógica de las bandas criminales la guerra es un gran negocio.

Saludamos a los gobiernos latinoamericanos que honrosamente han condenado el accionar de las bandas terroristas que desangran a Siria, hay que notar que fuera de los países del Alba, Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, los demás países de nuestra Latinoamérica  no se han pronunciado condenando este intento de nueva invasión imperial. Lamentablemente Brasil, Argentina, Uruguay y los demás, no están incluidos en la lista de países que se oponen a la agresión occidental, denunciando  abiertamente a Israel y EEUU como los verdaderos agresores del pueblo sirio.

Desde nuestras organizaciones continuaremos apoyando al pueblo sirio y su gobierno, repudiando las infames acciones del sionismo israelí y las potencias que lo secundan, ya que entendemos que la soberanía es un deber y la defensa de la población civil una obligación, este derecho es privativo de las Fuerzas Armadas y el gobierno de Siria, y de ninguna manera de los invasores.
*Secretario General de la OLA-Organización para la Liberación Argentina