COMUNICADO DE LAS FARC-EP
Informamos a la comunidad
internacional y al pueblo colombiano que:
En las cordilleras del norte
de Nariño ha muerto en combate nuestro camarada Carlos Patiño, a quien el
pueblo conociera como “Caliche”, el insigne comandante de la Columna Móvil Jacobo
Arenas. Falleció como vivió: combatiendo en la primera línea hasta las últimas
consecuencias, por la
Nueva Colombia.
La vida y obra de Carlos fue
la de un guerrillero nato, ejemplar, la de un revolucionario integral de la
talla de Camilo Cienfuegos, Ernesto Che Guevara, Isaías Pardo y Martín
Caballero.
Revolucionario desde la más
temprana edad, se vinculó a las filas de las FARC-EP en el Bloque Oriental. Por
sus capacidades y sacrificio fue integrante y comandante de las unidades de
guardia del Secretariado, bajo directa supervisión de su mentor, nuestro
Comandante en Jefe, Manuel Marulanda Vélez.
Sus años de vida y combate
al lado del camarada Manuel, dejaron honda impronta en Carlos. Aprendió de
nuestro Comandante en Jefe a sortear las dificultades, a estar siempre a la
vanguardia, a ser subordinado, disciplinado, consecuente.
Con el don de mando y la
combatividad como banderas, Carlos se convirtió en un hombre de vanguardia, en
un verdadero soldado de la causa fariana.
En la Operación Casa
Verde se hizo un gigante, y su leyenda empezó a quitarle el sueño a la
oficialidad del ejército burgués. La VIII Conferencia
delegó la comandancia de la recién creada Columna Móvil Jacobo Arenas en Carlos
y como tal, recorrió gran parte de la geografía nacional, dando clases
magistrales de guerra de guerrillas.
Carlos fue siempre un
innovador. Las FARC EP le deben muchos de los adelantos en artillería,
explosivos, táctica miliciana, aprovisionamiento militar, trabajo de masas, y
entrenamiento de tropas. Lo suyo fue el don de mando: siempre respetado y
querido por la guerrillerada, las milicias, la militancia y la población civil.
Hoy los fustigadores de la
guerra y los enemigos del pueblo lo
señalan de bandido, pero los pueblos indígenas, campesinos y población afro del
Cauca lo recuerdan con el cariño que él cultivó: el amor a un hombre bueno,
amable, firme en la defensa de sus intereses, consecuente.
Las montañas del Cauca
lloran hoy la pérdida del bravo guerrero, orgullosas de lo que este hijo de los
Llanos Orientales sembró en lo más profundo de la región. Miles de hombres y
mujeres que fueron forjados en la escuela de combate de Carlos, trillan
actualmente los senderos del suroccidente, prestos al cumplimiento de las
tareas que las FARC-EP les orienten, sabedores de que son los guardianes del
legado de Caliche.
Los mandos militares podrán
regodearse en la desaparición física de nuestro camarada, pero saben muy bien
que Caliche vive en las altivas milicias de Caldono y Jambaló, en la
resistencia guerrillera de Suárez y Mondomo, en el tatuco zumbador de Toribío,
en el armamento popular de masas de Silvia y Buenos Aires, en la puntería
infalible del francotirador de Timbío, en la creciente resistencia de masas que
se extiende por el Norte del Cauca, el Pacífico, el Patía y el Macizo
Colombiano, en la rebeldía de las calles de Cali, Popayán y las capitales del
país.
Los combatientes de las FARC
EP le rendimos el tributo que él deseó en vida: redoblar nuestro accionar
militar, consolidar nuestras estructuras a todo nivel, entrenar y re-entrenar
día a día a la guerrillerada y las milicias, consolidar nuestro Partido
Comunista Clandestino y el Movimiento Bolivariano, y avanzar con paso firme en
el logro del sueño que heredamos de Jacobo y de Manuel: alcanzar la paz con
justicia social, la
Nueva Colombia , la Patria Grande y el Socialismo.
Camarada Carlos Patiño:
¡Presente y combatiente!
Por nuestros muertos, ¡Ni un
minuto de silencio, toda una vida de lucha y combate!
Secretariado
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo,
FARC-EP.