por MPR Quebracho.
Hace 4 años, los docentes que tomaban la ruta 22 en Neuquén reclamando por sus salarios fueron brutalmente reprimidos por la infantería cumpliendo las órdenes del por entonces gobernador Jorge Sobisch. Los disparos a mansalva se llevaron la vida del compañero docente Carlos Fuentealba.
La reacción popular no tardo en llegar, la masividad y el repudio se sintieron en distintos lugares del país.
Y ahí estuvimos como Quebracho, junto a otras organizaciones, señalando al responsable político que debía ser enjuiciado y condenado: Jorge Sobisch.
Ese pequeño gesto de justicia nos valió la cárcel. Compañeros nuestros pasaron meses en prisión. Entre ellos, Fernando Esteche y Raúl “Boli” Lescano, quienes lograron su libertad por la gran campaña de solidaridad y luego de una huelga de hambre de 43 días que los dejó al borde de la muerte.
Pero el juicio siguió en pie y la condena fue un hecho. El tribunal de los oscuros jueces Larrambebere, Pons y Gordo, dictó 3 años de prisión a seis compañeros y aún más para Esteche y Lescano, por el solo hecho de ser referentes de la organización. Esto sin siquiera haber probado que Fernando Esteche haya estado en el lugar de los incidentes.
Esta evidente persecución política nos debe poner alerta ante la inminente resolución de nuestra apelación ante la Cámara de Casación que tiene en sus manos la definición de la libertad o la cárcel de nuestros compañeros. Y debemos estar alerta porque este entramado judicial tiene un solo objetivo: perseguir y encarcelar a quienes nos organizamos y luchamos.