Por Eric Peralta*
"Solo por un breve tiempo estamos prestados unos a otros sobre la tierra"
–Poesía azteca
Las categorías de izquierda o derecha no necesariamente clarifican los escenarios en los que se desarrolla la lucha, batalla que para nosotros es cultural por sobre todas las cosas, en la que la centro izquierda Argentina lejos de definir un camino propio para la emancipación se encuentra poniendo especial atención a las políticas desarrolladas por la social democracia europea, intentando repetir en estas latitudes los ya fracasados modelos de desarrollo propuestos en ese continente. Eurocentrismo que niega la propia identidad, renegando de las experiencias de nuestros pueblos, experiencias que no pueden limitarse a los márgenes esgrimidos por la modernidad.
El modelo transportado por las "izquierdas" y sostenido por la centroizquierda de nuestro país, está cuidadamente enmarcado en la "política de lo posible", niega la audacia, aconseja “no hay que arriesgar demasiado”. De esta manera hay una cooptación de potenciales revolucionarios, de jóvenes con voluntad insurgente que se encuentran encorsetados en las construcciones moderadas y reformistas del kirchnerismo pero también en todas las propuestas de centroizquierda, lo que llamaremos "la socialdemocracia a la criolla".
La propuesta civilizatoria de la sociedad moderna va directo a estrellarse, ya nada tiene occidente para ofrecerle a la humanidad. Y en la crisis que atraviesa nuestro planeta es sabido que quienes manejan los hilos encuentren, como lo han hecho históricamente, salidas de tipo fascista.
Pero lo más lamentable en los escenarios por venir es que la reacción será la que más rápidamente provoque adhesión en la ciudadanía. Es decir, el problema es el imperialismo, su modelo de desarrollo, sus soluciones represivas, y lo más lamentable, el problema también es, a no dudarlo, la sociedad, que seguirá arrastrada por los significantes de su modelo occidental civilizatorio.
Nosotros concebimos la batalla cultural como estrategia revolucionaria, y en ese sentido estamos a contramano de buena parte de la sociedad y de todas las políticas que definen sus formas de construcción y líneas de acción en base al posibilismo.
La sociedad esta descompuesta, lo padecemos en nuestras propias organizaciones que son parte, ni más ni menos, de este modelo de civilización que no da para más, y que hay que contribuir en que estalle de una buena vez sin gentilezas.
Nuestra elección lejos esta de los tiempos electorales y del posibilismo propuesto por los “profesionales de la política”, nuestra elección si bien toma las mejores herencias de nuestros pueblos, pone especial esmero en aquellas culturas que se han sostenido, a pesar de las inclemencias, en la profundidad de sus creencias, es en creaciones culturales como lo son la cosmovisión andina y el islam, que esta la simiente para un nuevo modelo civilizatorio donde la espiritualidad sea el centro de toda acción política y cultural.
La humanidad esta a la deriva, y lamentablemente buena parte de esta seguirá avanzando hacia su autodestrucción, en ese escenario hay que conformar experiencias de poder dual, donde enfilemos con las fuerzas propias hacia donde creemos que hay que enfilar para desde ahí batallar contra el poder económico, político, militar, cultural, y también contra buena parte de la sociedad, que indiferente a sus hermanos continuará participando del ritual de muerte que celebra hace un buen tiempo occidente, entendido esto, claro esta, no como una mera ubicación geográfica.
Las comunidades originarias de la ‘tierra floreciente’ desarrollaron -desde mucho antes a los imperios Maya, Azteca e Incaico, e incluso siglos después de la colonización- modelos organizativos donde el centro de su vida social era el sagrado vinculo con la naturaleza, se sabía que la tierra debía ser respetada, se tenia la certeza que la tierra no es de la humanidad, sino que la humanidad es de la tierra. Así el hermano río, las altas cumbres, el silbido del viento y el vuelo del cóndor convivían en perfecta armonía, todos los seres compartíamos el mismo soplo de vida.
*Comunicador Social, Coordinador del Instituto Taki Ongoy e integrante de la Corriente del Pueblo